[anécdotas olímpicas] Un secreto hasta la muerte

por Celtia Couso, 2ºB

Stella Walsh, nació en Polonia en 1911, aunque emigró a EE UU con su familia siendo una niña.
Sus excelentes  condiciones atléticas,  le llevaron rápidamente a destacar y convertirse en la primera mujer en superar los 6,02 metros en salto de longitud. Con 21 años, representando a  Polonia, ganó la medalla de oro en los 100 metros, en Los Ángeles (1932) y fue subcampeona en Berlín (1936). Ganó numerosas pruebas. Su gesto rudo y su enorme potencia la habían convertido en una de las deportistas más valoradas.
Pero la muerte le sobrevino por sorpresa el 4 de diciembre de 1980, cuando hacia la compra  en un supermercado. Se formó un tiroteo que acabó con su vida, cuando unos ladrones  pretendían robar. En la autopsia, el forense descubrió  su secreto mejor guardado: tenía genitales masculinos y una mezcla de cromosomas, que le habían hecho perder su identidad sexual (algunas fuentes hablan de que no está del todo claro, y que parece que fue un caso de hermafroditismo masculino)
El escándalo no tardó en estallar, el Comité Olímpico Internacional (COI), no le retiró ninguna de sus medallas, pero nadie pudo evitar que su nombre quedase manchado para siempre, como un atleta que no competía en las mismas condiciones que los demás.
“Stella  Walsh vivió y murió como una mujer, social, cultural y legalmente, hasta  los 69 años”, fue una de las conclusiones del forense. Nunca  se supo con certeza, si poseer una mezcla de cromosomas femeninos y masculinos, le otorgó alguna ventaja a la hora de competir, pero su nombre ha pasado a la posteridad  por ser uno de los fraudes más sonados de la historia del deporte.
 
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